Máquinas de jugar.
Es lo que tiene..., hay que reconocer que los de mi generación (finales de los sesenta) no fuimos hechos para formar numerosas familias..., ni para matarnos a trabajar de sol a sol..., no, creo que más bien nos formamos para ser máquinas de jugar, y sobre todo de jugar al mus (aunque el futbolín nunca se nos dio nada mal). Y hay que reconocer, también, que eso del mus es como montar en bicicleta, no se olvida nunca: un subcampeon de la semana cultural de I.B. Avda de los Toreros (1983) y flamante campeón del torneo Bulbuente (1987) no puede olvidar nunca jugar al mus, y el otro día lo demostré con creces..., y es que vaya tarde "bonica que echemos" el Eicon, Marta, Guti, Joserra, Lucas, O'Titi y un servidor (de cubatas sobre todo) el otro día en el Mirador..., que bonito es estar con los amigos de siempre con un cubata fresquito y jugando a lo que te gusta..., y de remate partidito de nuestro Atleti y victoria incontestable en tarde de champions... Hay veces que la felicidad existe..., a ver si repetimos pronto y "echemos otro ratejo tan bonico" chicos (y chicas).
Os quiero.
Pequi.