CARNAVAL GUITARRA MULATA POBREZA MINA
Ahí estaba como siempre, radiante, con su máscara veneciana puesta endulzando mi carnaval como todos los años. Yo cogí la guitarra y le toqué algunas canciones como cada noche en la góndola de vuelta al hotel de las pasiones. Ella me asió de la mano, con su mano suave y sensual. Una mulata se nos cruzó insinuándose, como queriendo llevarme, pero mi pobreza de espíritu no llegaría nunca a eso. Yo me debía a ella, mi Justa y dulce condena, y así se lo garabateé en un papel con la poquita mina que le quedaba a mi lapicero... Sonrió…, sonreí.
(Relato para "Cinco Palabras" VOL.XII)
Abrazos carnavalescos a todos.
Pequi.
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