LIBRE ENTRAÑABLE POESÍA BELLEZA CERCANÍA
Pidió otro cuba libre y siguió bailando. Todas las mulatas
que había en el entrañable bar del hotel Nacional habían pasado por sus manos pero
no tenía hartura. Esas caribeñas, pura poesía para los sentidos le enloquecían y
la belleza y suavidad de aquella piel morena nunca acababa de saciarle. Sintió
un dolor intenso en las caderas de dar los golpes que la salsa y el merengue le
exigían, pero le quedaron fuerzas para llevarse a la más bella a un Paladar
del Malecón donde la cercanía de sus
cuerpos y la sabrosura criolla condujo a lo inevitable y previsible.
Un beso a todos.
Pequi