METROS JUGUETES NADAR ESCONDITE PRISA
A escasos metros se encontraba el almacén de juguetes y
bromas donde solíamos ir de pequeños. Nos trajo tan buenos recuerdos que no
pudimos evitar entrar. Todo estaba tal cual era en el año ochenta. El olor a pólvora
de los petardos unido al de las bombas fétidas volvía el ambiente tan viscoso
que se podía nadar en él. Detrás del viejo mostrador seguía la escalera que
llevaba al sótano donde solíamos jugar al escondite con los hijos del dueño, disfrutando,
sin prisa, hasta que llegaba la hora de cerrar y volvíamos a casa con alguna
traca en los bolsillos.
(Relato para "Cinco Palabras" VOL. XI SEGUNDO AÑO)
Un abrazo.
Pequi.
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