DECENCIA PRIMATE REDUCTO PANZA TENTACIÓN
No tenían mucha decencia en la cama. Bien llevada, eso sí, siempre de puertas para adentro y siempre bien cerradas.
A ella le encantaba que su pareja hiciera el primate durante el coito. Le daba risa, pero le encantaba, y él, como realmente lo parecía, lo hacía de escándalo.
A él le gustaba imaginar que estaban en el último reducto del mundo y se encontraban por primera vez pasando por un estrecho pasillo que provocaba el roce de panza contra panza.
La tentación, en forma de lencería de seda y mucho vello corporal, desencadenaba la indecencia una y otra vez.
(Relato para
“Cinco Palabras” VOL. I QUINTO AÑO)
Abrazos para todos.
Pequi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario