APAPACHAR ATALANTAR MELINDRES ACARIÑAR JÍCARA
José se había ido a limpiar el chapapote, como llevaba haciendo toda la
semana.
Siempre que volvía, Lola, después de apapachar a José, le preparaba algo que
le gustara. Para que olvidara como estaba la mar y el tiempo que tomaría volver
a recuperar los mejillones.
Lola solía atalantar a José con una buena fuente de melindres recién hechos.
La madre de Lola, en cambio, estaba molesta.
-Te empeñas en acariñar al rapaz y luego no querrá volver a por mejillones.
-Sí volverá madre. ¡No quedará otra! Saca la jícara y ponle el chocolate
bien caliente. ¡Viene temblando mi rapaciño!
(Relato para
“Cinco Palabras” VOL. IX QUINTO AÑO)
A seguir bien.
Pequi.
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