ESPADA ABUELO CRISTAL MENDIGOS ESTÍO
¿Era espada o basto? En realidad daba igual, lo importante
es que era un pito y con el de oros y los dos reyes que llevaba, de primeras
damas, le faltó tiempo al abuelo para gritar: ¡órdago a pares! El temblor del
ojo derecho tras el cristal de sus gafas le delató por completo y hasta los
mendigos que andaban mirando la partida se dieron cuenta. ¡No queremos! Llevo
la una. Veinticinco y una porque no, veintiséis y tres de dúplex, veintinueve.
Veintisiete y tres de treinta y una, nos salimos. ¡Juego, vaca y partida!...,
¡y pacharán de estío ganado!
(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VIII)
(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VIII)
Saludos.
Pequi.
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