MOLINO METEORISMO TERRAPLÉN CHALECO BODEGÓN
Siempre quise vivir en ese molino a orillas del río Jandulilla
y por fin lo conseguí. No hay como desear algo mucho para que se cumpla.
Entonces todo mejoró, incluso ese maldito meteorismo se redujo al mínimo,
aliviado con uno o dos pedos al día a lo más, siempre uno de ellos, eso sí,
bajando por el terraplén que llevaba a la rueda, con las manos en los bolsillos
del chaleco y silbando para que no lo escucharan ni los pájaros del lugar. Más
que a gusto se quedaba uno, sintiendo una oquedad y una quietud… ¡Cómo liebre
de bodegón!
(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VIII)
(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VIII)
Pequi
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