ÁGUILA HONDONADA TORCIDO LENTISCO CUMBRE
Mi abuelo llegó a contarme muchas anécdotas del gran “Águila Calva”. Solía decirme que no tenía un pelo de tonto y que cuando esperaba al enemigo agazapado en la hondonada, gesto torcido y pinturas de guerra en cara, éste nunca se escapaba. De hecho, el único que pudo contarlo fue otro gran guerrero de una tribu cercana, el pequeño “Mata Charneca”, así conocido porque siempre iba mascando Lentisco y cuyas pisadas no producían ningún eco entre las cumbres que rodeaban el “Deaf Valley”, incluida “Cumbre Alta”, donde mi abuelo, bailando, enamoró a su favorita, la india “Bella Margarita”…, ¡ay abuelita!
Jau..., y un beso.
Pequi.
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