ABUELA FOGONAZO ENMARAÑADO OJOS NIEBLA
La abuela ya nos previno en su día de que siempre llevásemos gayumbos limpios, porque nunca se sabe cuando te va a pasar algo en la calle y te van a tener que quitar la ropa en el hospital. Lo que no se podía prever es que la diarrea y el consiguiente fogonazo se produjeran en plena Plaza de Tirso de Molina. Cierto es que los intestinos ya se me habían enmarañado dentro del metro y se intuía en mis ojos que el retortijón no encontraría otra salida. ¡Qué bochorno! Menos mal que la densa niebla disimuló todo un poco.
Abrazos.
Pequi.
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