SERVIDUMBRE CAMINO SALAMANDRA JAULA FUENTE
Ateniéndose a la servidumbre de luces
y vistas había abierto un ventanuco en la pared y esa era toda la luz que
entraba en la sala. Por el camino que subía del río recogimos unos troncos y
ramas para poder encender la salamandra y de ese modo entrar un poco en calor y
preparar una sopita caliente para la cena. El final del otoño es muy frío en
toda esa región y Santa Tecla del Matojo tampoco se escapa. La jaula de los
jilgueros vacía y la fuente congelada prometían sabañones en las orejas: ¡qué
dolor, qué dolor, qué pena!
(Relato para "Cinco Palabras" VOL. VIII TERCER
AÑO)
Besos y abrazos.
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