LIBERTAD CREATIVIDAD AMOR DUENDE NAMASTÉ
Desde que quedó en libertad, el Llanero
Solitario no hizo otra cosa que buscar la creatividad que
había perdido en la prisión de Tucson, junto al amor de
su vida. Rosalin, la rancherita de la que se había enamorado el Llanero desde
la infancia era la que le dotaba de duende en
sus actuaciones en los teatros de todo el mundo. ¡Para eso había quedado el
antiguo justiciero! En su gira por India no paraba de inclinarse y decir “Namasté” a todas horas. Era la única palabra que había
aprendido allí. Pero no necesitaba más, porque su espectáculo era mudo.
(Relato para
“Cinco Palabras” VOL. IV CUARTO AÑO)
Besos a
todos.
Pequi.
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