ESPECTÁCULO PURPURINA CHICLE ESDRÚJULA LUNAR
Hacia finales de los años cuarenta, Paquito era
el mejor amigo de mi padre y un auténtico espectáculo en la calle Ponzano. Siempre
fue muy querido por todos en el barrio de Ríos Rosas y no necesitaba purpurina para su actuación. Se
valía de una batería, dos cables y un chicle para pegarlos a los polos y al
grito de: “¡El hombre eléctrico!”, juntaba los cables y las chispas saltaban
hasta las paredes del portal en total oscuridad. El del apodo con esdrújula
solo tenía un lunar: ¡Enchufe que veía en el tranvía, enchufe que se llevaba
para su colección!
(Relato para “Cinco Palabras” VOL. IV QUINTO AÑO)
Un abrazote grande.
Pequi.
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