HOMÉRICO CATERVA FAGOT CHISPORROTEO MORANDI
El aperitivo del viernes había pasado de legendario a Homérico y es que la caterva de
dobles de cerveza que nos habíamos bebido no tenía parangón con cualquier otro
viernes de cañas. Ramontico se fue a mear y al volver entró tras la barra como decidido
a ser él quien pusiera la última ronda. La visión se completó cuando un tío con
un fagot le pidió que le pusiera otra cerveza y mi querido amigo se coscó de dónde
estaba. La máquina enfriadora dio un chisporroteo y el camarero y yo nos escojonamos
vivos. ¡Digno de un grabado de Morandi!
(Relato para
“Cinco Palabras” VOL. IV QUINTO AÑO)
Besos y abrazos.
Pequi.
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