viernes, 12 de abril de 2013

Hasta siempre Gabriel.


Era Gabriel de esos Magos antiguos, tipo de los que tiraban un bastón al suelo y se convertía en una serpiente, pero él lo hacía con una baraja, con su 505..., la podía convertir en lo que quisiera porque sus manos no eran humanas y la modelaban a su antojo..., cuantas tardes no acabé con los ojos rojos de tanto frotármelos!!..., había muchas veces que no se podía creer lo que uno veía..., recuerdo una tarde en un pueblo de la sierra negra, Campillo de Ranas, que estabamos en un chiringuito con unos amigos que le propusieron hacer trampas en el juego y él dijo que ya que había dado cuatro cartas a cada uno y que eran cuatro, echarían una mano de mus..., los que estabamos detrás de él vimos que tenía un pito, un siete, una sota y un cuatro..., al llegar al juego dijo que sí tenía, algo imposible con un pito y un cuatro, pero después de echar un órdago, volvió las cartas y éstas se habían transformado en un solomillo: tres reyes y un as..., el que tenía a su derecha no sólo había perdido la partida, también tenía en el bolsillo de su camisa el as, el pito, la sota y el cuatro desaparecidos... Pero todo lo hacía por demostrar que la Magia existe no por sentirse superior a nadie, no por agrandar su ego, no, él además de Mago había despertado a la Consciencia y había trascendido el ego hacía mucho..., por eso no le importó irse..., porque sabía a dónde iba.

Hasta siempre Gabi, mi Maestro, sigues entre nosotros.

Pequi.

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