Ocho mil visitas

Desde luego que os merecéis un premio, porque entrar ocho mil veces en este blog a leer mis ocurrencias tiene merito. Ya sé que muchas de ellas son accidentales, hay que reconocer que últimamente tengo muchas visitas desde México y te preguntas, ¿se ha enganchado algún manito a mi blog?..., para descubrir después que todas ellas provienen de personas diferentes..., entonces, ¿qué búsquedas hacen los mexicanos para dar con mi blog? La verdad es que es todo un misterio..., pero también es cierto que he tenido visitas "accidentales" desde los países más extraños de los cinco continentes... No obstante, este homenaje es para mis incondicionales, empezando por los seis miembros, ¡valientes lectores!, (de los cuales creo que dos son también accidentales) y acabando por los que entran a menudo a leerme desde la capital, provincias y extranjero, en especial desde el otro lado del charco..., bueno, desde el otro lado de "los charcos", tanto el charco mediterráneo donde habitan mis amigos Laura y Toñito, en el reino de Toth, como del charco atlántico, donde mora mi querido amigo Dean, en la patria de las libertades..., (eso lo decía Don Alfonso, mi profesor de historia, alias el Fósil, con la vena carótida inflamada a punto de estallar..., creo que con cierta sorna y retintín...)

En fin, ocho mil besos y abrazos a todos en nuestro aniversario.

Pequi.

La gran prueba

Ayer pasé por un concesionario de motos y me prestaron una para probarla, lo que pasa es que como tenía prisa porque debía de quedarme con Alberto en casa mientras Justa hacía unos mandaíllos, pues me dije: "la pruebo en casa y mato dos pajaros de un tiro"..., y casi lo consigo literalmente..., porque se lio una humareda que no podíamos casi respirar ni Alberto ni yo y estuvimos los dos pajaros a puntetico de quedarnos pajarillos, valga la rebuznancia... En fin, que la moto molaba, eso sí, pero entre las huellas que dejó en el parquet (que tuve que estar dos días dando sela y puliendo sela), las toses que nos dieron al Chipirón y a mi y las broncas que me llevé de Justi al volver a casa y del tío del concesionario cuando vio las gomas de la moto más quemadas que la oreja de Niki Lauda..., me parece que no compensó el rato de gozo..., ¡¡es la última vez que pruebo una moto de estas, yo a seguir esperando a mi Harley y de momento a tirar de Special, que es lo que hay!!

Besos y abrazos moteros.

Pequi.

Otra de crustáceos

Siguiendo con el tema de los crustáceos..., resulta que el otro día estuvimos en un chino y tuvimos que conformarnos con raciones de arroz blanco para todos..., pero como quiera que los de la mesa de al lado estaban aún que se salían y pagando con billetes!..., cuando se fueron le pedí a la dueña que si podía tomar prestadas las sobras para hacer una obra de arte, y a la que me las dio aprovechamos para rebañarlas (ya se sabe que los ricos siempre se dejan lo mejor) y para disimular tuve que ingeniármelas para crear la obra de arte de la que le hablé a la dueña..., así que me acordé de las figurillas que hago con los globos de modelar para la magia y ni corto ni perezoso, con cuatro movimientos de muñeca, creé la moto de mis sueños con el caparazón de la langosta..., total que le gustó tanto a la china que me quería contratar para hacer figuritas todos los domingos de una a cuatro de la tarde, pero tuve que decirle que no, porque como tengo el colesterol por las nubes me dijo el médico que los huevos ni verlos (y, de hecho, hace tiempo que meo tapándolos para no hacerlo) y que los caparazones de langostas y langostinos ni tocarlos... No si al final me van a hacer un favor con los recortes y la receta de la "langosta a la azanoria"

Besos y abrazos.

Pequi.