martes, 11 de marzo de 2014

CABALLO ACANTILADO EXTINGUIR SANTUARIO CAPÍTULO

Cabalgaba a lomos de mi caballo marrón, un corcel llamado Chacal. ¡A galope, a galope!, no dejaba de decirle al oído y Chacal así lo hacía y tan pegado al acantilado que parecía que íbamos a caer, junto a las piedras blancas, directos a la mar. Al fin llegamos a donde queríamos, justo cuando se iba a extinguir el sol del día. El Santuario estaba igual que lo recordaba, reluciente y silencioso. Dejé a Chacal suelto para que pastara y bebiera a gusto y yo estuve meditando la noche entera pasando capítulo, con tristeza, del funeral de mi querido abuelo.

(Relato para "Cinco Palabras" VOL.XII)

Un saludo a todos.

Pequi.

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