martes, 9 de diciembre de 2008

Cumbres borrascosas

No si cuando las cosas se tuercen, se tuercen de una vez. Me iba yo todo dispuesto a terminar con la aceituna de cuatro varetazos y casi termina ella conmigo sin ni siquiera empezar. La verdad es que el tiempo no acompañaba y mira que iba a ponerle al mal tiempo buena cara, pero con el frío que hace en esos campos de Dios y los esfuerzos de una mañana de domingo completa de maquinaria al hombro, los sudores en el pecho lobo se volvieron escarcha y el virus, que ya había dejado a Justa medio tarumba, y que andaba agazapado en mi cuerpo aprovechó la menor debilidad de mi atletica constitución (ya sabéis... por lo del atleti) para engancharme y provocarme los sudores y las diarreas de la muerte..., vamos que al final voy a tener que agradecer que el tiempo se tornó aún más lluvioso y me dio una tregua para reponerme de vuelta en Granada. He pillado la silla de la oficina como si fuera un colchón de plumas, pero que se prepare la oliva que este fin de semana voy a esta recuperado del todo y no respondo de los remolques que puedo llenar...



O al menos eso espero!
Un saludo a todos.
Pequi.

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