lunes, 11 de junio de 2012

7000 Visitas

Ya sabéis que siempre que puedo celebro las visitas redondas con una entrada conmemorativa y que mejor que celebrar la visita 7000 haciendo un homenaje a un clasicazo de la automoción en este país, el Barreiros 7000..., es hablar de él y caer mi suegro "el Rosco" al suelo, postrado de rodillas y llorando como un niño..., y es que, aunque creímos que se conformaría con el Same Corsaro para el cuidado de su vergel y el repaso de los olivos, la nostalgia de otros tiempos mejores le supera y le conduce hasta el llanto..., ¡tranquilo Miguel!, suelo decirle tratando de consolarle, todavía podemos hacernos con uno a buen precio, dando el Corsaro como parte del pago... Pero mi suegro sabe que no es lo mismo que estrenar..., ¡cómo va a ser lo mismo que aquella sensación que le produjo el olor a escay de un asiento completamente nuevo y el aroma y la sensación de las gomas recién salidas de fábrica tocando el asfalto por vez primera..., nada!, ese llanto solo se lo quita mi suegra a base de mantecados de almendra y platos de maimones y ajo mindorro..., quién los pillara!! Ay, Rosco, Rosco! y lo malo es que tu nieto Albertito está saliendo clavaíto a ti..., a ver si no sale tan caprichosete!!

Besos a todos y gracias por visitarme siete mil veces.

Pequi.

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