domingo, 10 de noviembre de 2013

MOLINO METEORISMO TERRAPLÉN CHALECO BODEGÓN



Siempre quise vivir en ese molino a orillas del río Jandulilla y por fin lo conseguí. No hay como desear algo mucho para que se cumpla. Entonces todo mejoró, incluso ese maldito meteorismo se redujo al mínimo, aliviado con uno o dos pedos al día a lo más, siempre uno de ellos, eso sí, bajando por el terraplén que llevaba a la rueda, con las manos en los bolsillos del chaleco y silbando para que no lo escucharan ni los pájaros del lugar. Más que a gusto se quedaba uno, sintiendo una oquedad y una quietud… ¡Cómo liebre de bodegón!

(Relato para "Cinco Palabras" VOL.VIII)

Un beso.

Pequi

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