Se endurecieron las medidas.

Sí, al final han tenido que ponerse serios, porque la crisis se está haciendo tan galopante que la gente se está lanzando a las calles a por los enseres de primera necesidad y vienen al Centro a hacerse con el papel higiénico y, aunque esto no impide del todo el expolio ya que a más de uno se le ha incautado un canutillo vacío para hacer la transferencia del papel de uno a otro, por lo menos había que ponérselo más difícil. Las siguientes medidas parecen encaminadas a poner un sistema de alarmas en la puerta del frigorífico de la conserjería y por último, pero no por ello menos importante, varías cámaras desde el microondas de la sala de profesores hasta la salida, para pillar 'in fraganti' a los que vienen a calentarse la comida aquí. Eso sí, de la biblioteca no se ha dicho nada..., parece ser que con las vacas flacas la gente no tiene tantas ganas de leer como de cagar..., ¡pura estadística!

Abur.

Pequi.