domingo, 31 de julio de 2016

CEÑIR ARRIBAR ARMONÍA APRECIO MISTERIO


Me iba a ceñir algo más el cinturón, pero me di cuenta de que si no hacía sitio previamente no iba a poder así que, ni corto ni perezoso, me tiré un cuesco que tronó en toda la estación. Pues nada, ley de Murphy: ¡cuándo te tiras un pedo y huele, comienza a arribar la gente de no se sabe dónde! Menos mal que al hacerlo con cierta armonía con la llegada del propio tren, no se pudo saber bien quién fue y no perdí el aprecio de los que al llegar me conocían y preguntaban: ¿y este olor? ¡¡Misterio!!

(Relato para “Cinco Palabras” VOL. IV CUARTO AÑO)

Besos y abrazos.

Pequi.

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