Días de aceituna

Ozú, como me estoy poniendo de aceituna..., no, de comerlas no, de cogerlas. Vaya paliza llevo en el cuerpo, tres días de vareadora automática durante siete horas y entiendes lo bonito que es el mundo cuando no estás usándola. Eso sí, por lo menos oyes cosas como, “bueno, un día trabajado más y uno menos de vida” y expresiones del tipo “¡hala! tira palante que es gerundio” que no sabe uno donde coño está el gerundio, pero tira “palante”, en fin, de todas formas hay que reconocer que se da uno una paliza muy grande en navidad, y una alegría muy grande en otoño, cuando te pagan la aceituna que echaste en la cooperativa la campaña anterior..., y además tienes buen aceite todo el año.

El que algo quiere algo le cuesta.
Pequi.